CEGUERA
-Dicen que todas las despedidas son tristes. Pero no es verdad.
-Si.
-¿Por cuánto tiempo?
-Por años
-Entonces... lo nuestro …
-Clara, sabes que lo nuestro no duraría mucho,
confórmate con estos dos años.
-Hablas como si no te importase…
-que es eso, que nunca entraste en mis planes. Esta oportunidad no la puedo
desaprovechar. Trabajar en la Nasa no es cualquier cosa, sólo unos pocos lo
consiguen. Era mi sueño desde pequeño.
-Ya..., pero yo podría irme contigo. A mí no me importaría
dejar mi trabajo para irme contigo. Pedro, estos dos años han sido los más
felices de mi vida. Nunca había conocido una persona como
tú. Yo te quiero.
-No te prometí nada.
Confórmate. Es mejor. Piensa en que es una oportunidad también para ti. Para
empezar de cero.
Clara hace esfuerzos para que su rostro no refleje el estado desmembrado en que se encuentra, sin que sus ojos suelten todo el dolor contenido. Mira perdida por la ventanilla del coche y sus dedos se mueven inquietos apretando con
fuerza el lóbulo de su oreja izquierda.
-¿Y si busco trabajo allí?. Las enfermeras
españolas estamos muy bien valoradas en todas partes. Y Podría ayudarte a
buscar casa. Y no tendríamos que separarnos.Y no tendrías que irte sólo.
-Si eso es lo que quieres de verdad, lo que te
hace feliz, piénsatelo bien, no me importa que me acompañes. Puedes venirte.
Aunque ya te digo de antemano que yo estaré trabajando y puede que no
encuentres trabajo. ¿Cómo vivirías allí? ¿De qué comerías? A los dos días tendrías que volverte.
El rostro de Clara se recompone al instante y
un intenso brillo se instala en sus ojos. Le retira la mano derecha del volante, se la lleva a la boca, dejándosela marcada por el carmín de sus labios.